jueves, 1 de marzo de 2012

Free spirit

No existe una sola realidad, porque tu imaginación puede transformarla... y tu pensamiento puede abrir todas las puertas y andar por todos los caminos de la vida, libre como el mar en su inmensidad, como el universo en su sabiduría, y como el hombre que tiene paz en su corazón y amor en su mirada.

martes, 28 de febrero de 2012

La cazadora de astros

La catadora de océanos


Llegué aquí porque ansiaba contemplar este mar, este mar y no otro, un mar distinto; me habían hablado tanto de él, pero este mar es demasiado azul para mi gusto, de una intensidad suprema, y por eso apabullante, hiere las pupilas de sólo mirarlo, atemoriza de sólo palparlo.
Sin embargo, la arena es fina y blanca, hundo mis dedos en la arena caliente, y presiento una sensación extraña, como si ya hubiera repetido esta acción mucho antes, en una época pasada, y que mi presencia aquí hubiese ocurrido hace bastantes años, cuando en realidad es la primera vez que visito este lugar.
Acostada en la arena me adormilo, sueño con otros mares, con el de Santo Domingo, color verde esmeralda, plateado en invierno, igual que el de Cuba, y con el de Saint-Malo, en la Costa Esmeralda –de ahí su nombre-, en Francia. Con la obsesión de recobrar el olor, el sabor, la presencia indescriptible del mar cubano, he varado mi cuerpo a orilla de otras playas, me he sumergido en las profundidades de otros océanos, con la ansiedad de hallar la temperatura del oleaje que meció mi infancia, mi adolescencia, en la vastedad azul de Cojímar.
Yo soy una buscadora de mares, sonrío para mis adentros; soy, mejor dicho, una catadora de océanos. Éste es el mayor del mundo, el océano Pacifico, que no lo es tanto, tan pacífico, quiero decir, debido a sus continuas tempestades.
Es un mar hermoso, que cuenta algo, un mar narrativo, aunque espeso, hermético; de todas maneras valió la pena viajar desde París hasta Acapulco para sentarme en una esquina del salón y reírme con mi mejor amigo de toda la actualidad política de la isla.
Acababa de terminar un ensayo demasiado extenso y extenuante sobre La Risa, y en verdad, no lo terminé tan divertida como calculaba. Entonces tomé un billete con la intención de encontrarme con quien más me hace reír en la vida, mi amigo Ramón Unzueta. Y siempre empezamos hablando de arte, para terminar intentando arreglar el mundo, o mejor dicho, aquella parte del mundo, la ex Perla del Caribe, que la han convertido en algo parecido a la Cagarruta del Caribe, o el mojón, no el eslabón, perdido, en medio oleaje.
Y aquí estoy, frente a este mar aparentemente en calma, adornado en la orilla con rizos espumosos, plateados. Intento pasar unas vacaciones tranquilas, necesito reírme, lo único que ambiciono es un estado de hilaridad absoluta.
Descubro que no muy lejos se halla otra persona. Es una mujer. En la playa estamos sólo ella y yo. Es normal, son las seis de la mañana, apenas amanece.
¿A quién se le ocurriría pasear a estas horas por la playa? Por lo visto a ella y a mí. 
Yo no podía dormir, y he caminado durante horas con la intención de despejar mi mente, y así buscar el origen de mi desvelo, aquí, a orillas del rumor del oleaje, y nada… nada nuevo, me di cuenta de que no consigo pegar un ojo porque necesito regresar a París y ponerme de inmediato a escribir.
Ansío sumergirme de nuevo en un trabajo diferente, en la escritura de algo verdaderamente distinto de lo que hice hasta ahora. Convivir con las dudas no facilita las cosas en materia de evolución hacia los recuerdos.
La mujer, de súbito, se detiene, pues hasta hace un rato daba nerviosos paseítos, de un lado a otro pisaba caracoles diminutos, ahora agarra las puntas laterales de su vestido escotado, que le desnudan los hombros, y el pecho hasta el entreseno, también la espalda.
Es una mujer menuda, de senos pequeños.
Ahora baila suavemente, tararea una canción que apenas consigo oír, la brisa –que no es muy fuerte- sin embargo desvía y deslíe sus palabras, creo que es una canción en francés: “et le vent du nord…”. Su pelo rojizo sirve de túnica a la piel traslúcida, luminosa. Ella sonríe y observa la huella de sus pies descalzos en la arena. La resaca de una ola emborrona las huellas.
 Pareciera que la mujer vuela, su rostro es afilado como el de un pájaro. Se aproxima hacia mí, consulto mi reloj de pulsera y cuando pienso que terminará por preguntarme la hora, sencillamente no sucede así.
Se agacha a mi vera, quedamos frente a frente, porque yo me inclino, coloca sus manos encima de las mías, entierra mis manos en la arena mojada.
- Eres una catadora de océanos. Yo soy una cazadora de astros -murmura.
Sus pupilas relampaguean vivaces.
“Ya me tropecé con otra loca.” Tengo sangre para los locos, me persiguen. Yo misma creo que soy uno de ellos, porque no puedo evitarlos, les atraigo, y me atraen, por supuesto.
Soy una mujer sola, que necesita reírse un poco –repliqué.
- ¿Reírte, de qué, si se puede saber? –La loca siguió bailoteando, levantaba arena, con los dedos de los pies me salpicaba en los ojos.
- De cualquier cosa… Ten cuidado, por favor, me lastimas los ojos con la arena.
Se detuvo.
- Yo también soy una mujer sola. ¿Y qué? Y me río sola cuando me da la gana.
Asentí mientras me restregaba los ojos.
- Me tratas como a una loca. No soy loca. Soy una gran artista.
Eso dicen todos los locos, incluida yo, pensé; cada loco con su tema.
- Soy una artista incomprendida. Surrealista.
- En eso nos entenderemos a la perfección. –Suspiré, hice ademán de recoger mis cosas y marcharme.
- No te vayas, por favor, quédate un rato. No te molestaré. ¿Te gusta el mar?
- Es seguramente lo que más me agrada en la vida, contemplar las olas.
- Entonces somos iguales, artistas incomprendidas, surrealistas.
- No, sólo soy una mujer exiliada, que cada día busca el mar de su infancia. No cree en nada ni en nadie. Y espera a un hombre que la ame.
- Ah, eso… Yo también espero a un hombre, todas perdemos el tiempo esperando a ese hombre que nos ame… Y también soy exiliada, y tuve muchos maridos.
Tal parecía que yo le hablaba a un espejo, y que su intenso resplandor me respondía. Dejé mis bártulos en la arena y le dije que me disculpara, iría a nadar un poco.
- Yo te cuido las cosas, por aquí a veces hay ladrones… -Sonrió y volvió a bailotear.   
Nadé, a contracorriente, había mucho oleaje, tragué agua salada hasta por la nariz, tosí. No tuve miedo, sé nadar bien, y hace tiempo le perdí el temor al mar. Desde la cresta de una ola divisé fugazmente a la mujer que aún bailaba ahora con un trapo cubriéndole la cabeza. Salí del agua bastante cansada, respiraba con dificultad. La frialdad de la brisa erizó mi piel.
- Tienes una piel fina –comentó la mujer.
No respondí.
- A los hombres les gusta acariciar la piel fina de las mujeres… Yo tengo la piel muy dura, curtida por el sol.
- Hace tiempo que no cojo sol. En Europa, en París, apenas sale el sol, llueve mucho, y el invierno es casi la estación predominante.
- Aquí hace mucho calor.
- Ya veo.
- Dicen que el planeta se está recalentando.
- Mira, por favor, no me hables del recalentamiento del planeta, en París no ha hecho primavera, y si sigue así tampoco hará verano. Al próximo que me hable del recalentamiento del planeta le parto la tráquea de una patada.
-  ¿Eres violenta?
-  No suelo serlo, fue sólo una frase, perdón.
-  A los hombres no les agradan las mujeres violentas. ¿Estás amargada?
-  No lo sé. Puede que sí, que me hayan amargado.
-  ¿Quién te ha amargado? –Cesó de brincotear y agachada sobre un montículo de arena empezó a darle forma de castillo medieval.
- Los hombres, precisamente, con sus historias de guerras, y de recalentamiento del planeta.
- ¿Te gustaría beber un jugo de mango?
- Pues sí.
- Voy por ellos.
Fui a sacar dinero de mi monedero, sujetó mi mano.
- No hace falta, yo te invito.
Gracias –Acepté porque después de haberle aguantado su estrafalario comportamiento bien merecía que me invitara al menos a un jugo de mango.
          No pasó demasiado tiempo, la vi aproximarse con dos pergas llenas de jugo casi congelado.
- Es un amigo mío que tiene una juguera ahí enfrente. Y es muy limpio. No le compro
de comer a cualquiera, la gente es muy cochina. El otro día vi a un tipo que freía
unas hamburguesas, fue a orinar y no se lavó las manos…
- ¿Cómo lo sabes?
- No oí el choro del agua. Descargó el baño, pero no abrió el grifo.
Entonces ocurrió algo muy raro, de súbito me entró una risita, y me fui embullando, y empecé a reírme a carcajadas, de semejante bobería, del cuento del tipo que no se había lavado las manos después de mear, y que freía hamburguesas. Ella también se reía.
- No sé por qué me río tanto –dije entre jipíos-, no tiene la menor gracia.
- Será porque tienes tantas ganas de reírte, que cualquier tontería te da risa, como si te hiciera cosquillas la mano de un ángel.
Y más risa me daba.
- Mira qué bonito se ha puesto el mar.
Y yo risa y más risa.
- ¿Crees que moriremos como dos viejas solitarias?
Y me tenía que aguantar el estómago.
- ¿Habrá un hombre que repare en nosotras? ¿Así con casi cincuenta años en las costillas?
Me revolqué en la arena de la risa.
- Pareces una croqueta, o un bistec empanizado.
Aún me carcajeé más.
- Sabes –le dije a la mujer-, ésta es la historia más tonta del mundo, la cosa más boba que me ha pasado en unas vacaciones… ¿Cómo dijiste que te llamabas?
- Me llamo Remedios, la cazadora de astros. ¿Y tú?
- ¿Yo? Zamia, la catadora de océanos –respondí con los ojos anegados en lágrimas de tanto reírme-. Remedios, ya somos dos viejas solitarias, y ningún hombre aparecerá para amarnos.
- Eres sumamente negativa. –Me tomó de la mano.
Nos pusimos las dos a bailar, partidas de la risa.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Yono lloromas

"Nunca he sentido la necesidad de casarme, nunca he querido hacerlo. Siempre he pensado que es algo muy doloroso cuando no funciona, nunca he querido correr ese riesgo. Es como saltar de un edificio en llamas. Si tiene suerte, es posible que caigas en la red de seguridad, pero por lo que he visto, es muy probable que des con tus huesos en el suelo."

"Y nunca he conocido a alguien al que yo creyese capaz de tolerar el hecho de formar parte de mi estilo de vida para siempre."

"Siempre he creído que el miedo a envejecer en soledad es una razón estúpida para casarse. Que razón hay para pasar treinta años con alguien con quien no estas a gusto, únicamente para no estar sola cuando te haces vieja? Que pasaría si se enfermase de Alzheimer y ni siquiera recordase tu nombre? Pienso en todo el tiempo que habría malgastado pasándolo mal con el único fin de no ser infeliz cuando me hiciese mayor. Parece que hablamos de una póliza de seguro en lugar de una unión de mentes y almas."

"No me gusta que se entrometan en mi vida. Supongo que me gusta disfrutar de mi libertad."

miércoles, 30 de noviembre de 2011

lunes, 31 de octubre de 2011

LAS CUATRO LEYES HINDUES DE LA ESPIRITUALIDAD...

La primera dice:

"La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice:

"Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". 
Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice:

" En cualquier momento que comience es el momento correcto".
Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

Y la cuarta y última:

"Cuando algo termina, termina".
Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia. Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegue a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado!

Vive Bien, Ama con todo tu Ser y se Inmensamente Feliz! 

martes, 28 de junio de 2011

Se debe amar para tener recuerdos.... sufrir y llorar para olvidar.
Olvidar para seguir viviendo..... y vivir para volver a amar.
Nadie pierde a nadie,.. porque nadie,... posee a nadie.
Esa es la verdadera experiencia de la libertad de amar..
Tener lo mas importante del mundo sin poseerlo en realidad..!!!!!!!!!

jueves, 9 de junio de 2011

Feliz cumple Captain!





Buscaré otros motivos para volver a empezar todo de vuelta. 

Goodbye my lover
Goodbye my friend.